En el catálogo tenemos dos tablas:
2-Valor global del índice de reducción acústica Rw | 1-Valores por frecuencias del índice de reducción acústica
1-Valor del índice de reducción acústico por frecuencias R:
¿Qué es la frecuencia?
Si tomamos un instrumento musical, por ejemplo, una guitarra, al pulsar una de sus cuerdas, esta genera un sonido -una nota musical-. Para producir la nota musical, la cuerda pulsada vibra sobre su posición inicial. La frecuencia se mide en hercios (Hz) y se define como el número de veces por segundo que vibra la cuerda. De este modo, cuando se afina la guitarra, lo que se está haciendo es ajustar la tensión de la cuerda para que al pulsarse vibre a la frecuencia deseada. Por ejemplo, la nota LA se afina a 440Hz, de modo que cada vez que se pulse esa nota la cuerda que lo genera vibra a razón de 440 veces por segundo.
Como los sonidos se componen por frecuencias y el oído humano no percibe todas las frecuencias del mismo modo, la norma UNE-EN ISO 10140-2 -y en general todas las normas relacionadas con aislamiento acústico- establece las frecuencias a las que deben de presentarse los resultados, por considerarlas las más representativas. Dichas frecuencias son 100, 125, 160, 200, 250, 315, 400, 500, 630, 800, 1000, 1250, 1600, 2000, 2500, 3150Hz. Para cada una de estas frecuencias se ofrece el valor promediado del índice de reducción acústica obtenido a partir del promediado de las frecuencias adyacentes a ellas. En la frecuencia de 2500Hz, por ejemplo, la cortina acústica ensayada presenta un índice de aislamiento acústico de 19.6dB. Esto quiere decir que para todas las ondas sonoras que tengan una frecuencia de 4000Hz, la cortina acústica reducirá en 19,6dB la presión sonora generada por ellas.
2-Valor Global Rw
Es el valor global en decibelios obtenido a partir de los valores del índice de reducción acústica por frecuencias explicado en el apartado anterior.
¿Qué es un decibelio (dB)?
El decibelio es una unidad de medida ampliamente utilizada en telecomunicaciones para expresar cantidades de otras unidades en escala logarítmica. Por ello, la palabra decibelio puede hacer referencia a varios conceptos. En el campo de la acústica, los decibelios se utilizan tanto para medir presión sonora como potencia sonora.
Para comprender mejor que son los decibelios veamos el siguiente ejemplo:
El sonido se puede definir de manera general como el fenómeno físico que se produce cuando un cuerpo emisor vibra en un medio. Cuando hablamos, por ejemplo, se produce una vibración en nuestras cuerdas vocales, generándose una onda sonora.
Al estar nuestras cuerdas vocales en contacto con el aire -el medio-, la onda generada crea variaciones de presión en éste, haciendo que las partículas que lo forman entren en vibración. Así, las partículas del aire oscilan alrededor de su posición normal, transmiten la vibración a sus partículas vecinas y posteriormente vuelven a su posición inicial. De este modo la onda sonora se propaga a través de las partículas de aire a una velocidad que depende de la densidad y elasticidad del medio -aproximadamente 340m/s en el aire-.
Cuando la onda llega al receptor, entra por el oído e impacta con la membrana del tímpano. El impacto de la onda es recibido en forma de estímulo nervioso que el cerebro decodifica como sonido.
Las molestias que estas ondas sonoras nos producen se equiparan con la presión que ejercen sobre la membrana de nuestros oídos y se corresponden con lo que coloquialmente se conoce como el volumen al que se escuchan. El volumen, por tanto, se puede equiparar con la presión que las ondas sonoras ejercen en el medio.
Para normalizar y medir la presión sonora se utilizan los sonómetros, cuyo funcionamiento está inspirado en el propio del oído humano. Un sonómetro contiene un micrófono compuesto por una membrana que recibe la presión que las ondas sonoras realizan sobre su superficie al impactar en ella. A partir de un transductor, se obtiene el valor de dicha presión ejercida.
La presión sonora se mide en Pascales (P), en honor a Pascal. No obstante, en la práctica, la medición en Pascales se pasa a escala logarítmica para normalizar su valor y pasa a denominarse nivel de presión sonora, midiéndose en decibelios.
Para normalizar el valor en decibelios, se emplea la siguiente fórmula:
Lp = 20xlog (P / Pref)
Donde Lp es el nivel de presión sonora, es decir, el valor de la presión medida en decibelios.
P es la presión que realiza la onda sonora.
Pref es el valor de referencia mediante el cual se normaliza la presión sonora medida. Tiene un valor constante de 2×10-5P.
Observando la expresión vemos que contiene unidades de presión tanto en el numerador como en el denominador, siendo el resultado adimensional. Por ello el resultado únicamente se expresa en dB (decibelios) y no en decibelios Pascal (dBP). En otros campos de las telecomunicaciones si se emplean unidades de medida como los dBW, al no ser obtenidas a partir de expresiones adimensionales.
Por qué se realiza esta normalización atiende a una sencilla razón: al ser el decibelio únicamente una unidad de medida que depende de otra (en este caso la presión sonora), se podía establecer un valor para tenerlo como referencia.
Esto se comprende mejor si se ve matemáticamente: si tomamos una onda sonora que realiza una presión en la membrana de nuestros oídos -o sobre la membrana de un altavoz- de 2×10-5P, aplicando la fórmula y las propiedades de los logaritmos, obtendremos el valor de 0 decibelios.
De este modo, el valor de 2×10-5P pasa a ser el valor de referencia en la nueva escala de decibelios. Si tomamos cualquier valor inferior, el resultado será negativo. Y si hacemos lo mismo con cualquier valor superior, los resultados serán positivos.
Se emplea como referencia el valor de 2×10-5P porque corresponde con el umbral de audición humana. Es decir, sonidos que ejerzan sobre las membranas de nuestros oídos presiones inferiores a este valor no las perciben nuestros oídos -dicho coloquialmente: mínimo volumen que podemos oír-. De este modo, al pasarlo a decibelios, los valores obtenidos mayores a 0 corresponderán con las presiones que son perceptibles por el oído humano. Como se ha comentado anteriormente, los sonómetros se han realizado inspirándose en el oído humano. Por ello, los circuitos electrónicos de los sonómetros tampoco registran presiones inferiores a la presión de referencia, por lo que en la práctica los valores en dB serán siempre superiores a 0dB y, por tanto, cualquier valor en dB será siempre un valor perceptible por el oído humano.
El nivel de presión sonora que representa el umbral del dolor está aproximadamente entre los 135 y 140 dB.
¿Porque se utilizan los dB?
Se utilizan los dB por dos grandes razones. La primera es que, como se ha explicado en detalle en el apartado anterior, permite normalizar los valores de presión de modo que únicamente tenemos valores de presiones que podemos percibir. Además, la escala logarítmica facilita su asimilación de manera más intuitiva. Por ejemplo: Si tomamos el valor del umbral mínimo -el ya mencionado 2×10-5P, correspondiente a 0dB– y situamos el máximo en torno a 140dB, cuya presión está alrededor de 200P, tendremos que hay un rango demasiado elevado de números de presión en Pascales. Es decir, el rango de valores de presión en Pascales es inabarcable, haciendo que sea poco intuitivo. Otro ejemplo: sí tenemos una onda sonora que realiza una presión de 2×10-3P intuitivamente nos será más complicado establecer si es un valor grande o pequeño que si lo comparamos a su valor en dB que son 60dB.
La segunda razón por la cual se utilizan los dB, está relacionada con la percepción humana. Nuestro sistema auditivo no responde de manera lineal a los estímulos sonoros. Cuando nuestro oído oye un tono puro de una determinada presión sonora, si esta presión se dobla, la percepción subjetiva no interpreta que la sonoridad se ha doblado, sino que percibe subjetivamente un aumento de menor grado. De este modo, la percepción del oído se emparenta mejor con los valores de la escala logarítmica.
Finalmente tenemos una gráfica:
Esta gráfica muestra los valores del índice de reducción acústica R para las frecuencias de 100, 125, 160, 200, 250, 315, 400, 500, 630, 800, 1000, 1250, 1600, 2000, 2500 y 3150 Hz.